En el municipio de Cocorná, sobre la Autopista Medellín Bogotá, existía un centro recreativo fomentado por la Cooperativa Confiar, muy atractivo, muy bonito, con cabañas, piscina, zonas de camping, canchas de fútbol y voleibol, muchas zonas verdes y muchos espacios para el disfrute y el descanso.
En el año 2017 el Consejo de Administración de la Cooperativa tomó la decisión de transformar el centro recreativo El Paraíso en la Reserva Natural El Edén, desde entonces han invertido más de $900 millones de pesos en la adecuación del terreno para que la naturaleza se regenere, implementan procesos de restauración y de formación ambiental con las comunidades vecinas del territorio.
El Edén fue declarado reserva natural de la sociedad civil en el 2020 por Parque Nacionales Naturales de Colombia, en esta zona habitan aproximadamente 168 especies de fauna y más de 80 de flora, las cuales hacen parte del plan de restauración para la conservación de la biodiversidad.
Actualmente en la reserva se implementan técnicas alternativas, de innovación y bioingeniería, para estabilizar los taludes sobre la autopista Medellín – Bogotá, en predios de la Reserva y también se avanza en procesos pedagógicos y laboratorios prácticos con las comunidades, acueductos comunitarios y colectivos ambientales del territorio en torno a la conservación y protección de las fuentes hídricas, la restauración de la Reserva y el aprendizaje de tecnologías alternativas para estos fines.
Confiar es la única cooperativa en Colombia que tiene una reserva natural, que conserva 43 hectáreas de bosque húmedo tropical, que está en peligro de extinción.
Transformación y restauración
Inicialmente en la zona tenían 12 hectáreas ubicadas en el municipio de Cocorná que se ampliaron a 43 hectáreas; con esto buscaron la integralidad del bosque húmedo tropical para proteger su tierra, fauna, flora y fuentes hídricas.
Con la transformación de la infraestructura se liberó la quebrada subterránea, se devolvió la zona de inundación al río Calderas y suspendieron el corte de las zonas verdes para que la propia naturaleza se regenere y retornen especies de flora y fauna.
Así se ha evidenciado brotes de especies pioneras intermedias claves en procesos de sucesión y regeneración, como el Carbonero (albizia carbonaria), Yarumo (Cecropia sp.), Guamo machete (Inga spectabilis) y Chingale (Jacaranda copaia). La protección de este bosque húmedo tropical permite la conservación del hábitat de reptiles, mamíferos, anfibios y aves como la guacharaca colombiana (Ortalis columbiana), el capito (Capito hypoleucus) y la había ceniza (Habia gutturalis), entre otros.
Bioingeniería y tratamientos alternativos en la reserva
Además de los procesos de clasificación y conservación de las especies de flora y fauna que habitan la reserva, este espacio ha sido propicio para el trabajo conjunto con las comunidades de la zona en torno a la recuperación y tratamiento de las fuentes hídricas, protección de la reserva y tecnologías que ofrece la bioingeniería para la estabilización de taludes que son comunes en este territorio y que en Confiar desarrollaron en alianza con la Corporación Penca de Sábila.
Con bioingeniería, aplicaron tratamientos alternativos con material vegetal de la zona y materiales reciclados a los tres taludes que se ubican en la Autopista Medellín Bogotá. El talud de mayor dimensión es de 60 metros de altura, lo que equivale a un edificio de 15 pisos aproximadamente.
Tradicionalmente, un talud de esta envergadura requieres una gran inversión de sacos de cemento y grandes cantidades de hierro. En El Edén, han logrado restaurar los tres taludes y prevenir deslizamientos, mediante técnicas de bioingeniería y tratamientos alternativos: Se utilizaron más de 1.000 llantas recicladas, material vegetal de la Reserva como bambú, hojas de palma, semillas y arena del mismo talud para el relleno de cárcavas, la construcción de geoceldas y el recubrimiento vegetal.
Con la comunidad académica, campesina y ambientalista avanzan procesos de educación, restauración y conservación de la biodiversidad, así como la implementación de prácticas sostenibles. Ejemplo de ello es el Vivero Escuela, un espacio para el alojamiento y manejo de plántulas, la preparación de abonos orgánicos, la reproducción de plantas nativas y la producción de insumos para aplicar técnicas de la bioingeniería.
A través de tecnologías apropiadas, gestionaron el proceso de restauración de las fuentes hídricas presentes en la reserva. Esto lo realizaron por medio de sistemas de tratamiento adecuados, como el baño seco y la biojardinera, que permiten la separación en la fuente y el uso eficiente del agua para evitar su contaminación.
La Reserva Natural El Edén es la reivindicación que hacemos en nombre de todas las personas asociadas a Confiar, en un acto de responsabilidad con el medio ambiente y la vida, un aporte colectivo a la naturaleza en la reafirmación de que juntos podemos generar verdaderos cambios.